Buenas prácticas
Todo el equipo de Ciclos Formativos de Grado Básico desarrolla una metodología que permite la personalización de aprendizajes y pone en el centro el desarrollo de la autonomía, la responsabilidad y la cohesión de grupo.
El equipo docente ha desarrollado un modelo de aprendizaje que permite la personalización de los aprendizajes para el alumnado a través de planes del alumno adaptados a su ritmo y necesidades. El alumnado gestiona su tiempo en el aula y emplea sus recursos para la realización de tareas interdisciplinares. Se ha logrado más de un 90% de titulaciones en los Grados Básicos y una continuidad hacia estudios posteriores mayor al 80%.
La EFA La Malvesía, ubicada en Llombai, recibe a alumnos de diversos pueblos y localidades en riesgo de abandono del sistema educativo. Resulta necesario realizar una intervención temprana para cohesionar al alumnado que no se conoce al llegar al ciclo y adaptar la metodología a sus necesidades y niveles, que son variadas y heterogéneos.
Cada alumno tiene un plan mensual con tareas que prioriza, realiza escogiendo distintos recursos a disposición y del que hace seguimiento. Cada tarea dura aproximadamente entre 30’ y 60’ de tiempo y todas ellas tienen un modelo final que es evaluado.
“Hoy por ejemplo, cuatro alumnos hacían presentaciones de valenciano, dos hacían un kahoot de la edad media, otros dos trabajaban cambios de unidades, otros dos se han bajado de forma autónoma a grabar un documental sobre la edad contemporánea que tenía programado, y otro estaba con textos descriptivos de castellano…. “
EFA La Malvesía
Las aulas son espacios que incluyen espacios de ocio, espacios para el trabajo en grupo, rincones de lectura… Cada día al llegar al aula, el alumnado mira el horario del día y ya sabe todo lo que va a ocurrir en la jornada. Al inicio de cada clase el profesorado también hace la distribución de los tiempos y responsabilidades de forma oral, basándose en ese horario curricular publicado en la pizarra.
El docente es quien selecciona las actividades que realiza cada alumno. No todos hacen lo mismo ni el mismo momento. El alumnado gestiona su tiempo: en función de lo que se les ha programado, tienen libertad a la hora de repartir esas actividades o tareas.
Cada tarea tiene un plan con objetivos, materiales de consulta y actividades. Para poder llevarla a cabo y cada profesor sabe lo qué ocurre en el aula en cada momento, gracias al horario curricular que diariamente aparece en la pizarra.
Durante la clase, el profesorado es un guía cuya función principal es motivar, animar al alumnado a conseguir los objetivos que se han planificado y que las tareas resulten agradables en su realización.
“Esta forma de trabajar permite dar a cada alumno lo que realmente necesita en cada momento. Siempre lo comparo con los médicos, no todos los resfriados son iguales y, por tanto, no se puede dar a todo el mundo la misma medicación porque lo que le funciona a uno, no es lo mismo que va a curar a otro. Hay que ver esos matices o diferencias de cada resfriado. “
Docente en EFA La Malvesía
El cambio de metodología afecta al horario, abandonándose el horario por ámbitos. Las diferentes propuestas de trabajo para el día incluyen objetivos de aprendizaje de distintas asignaturas.
El alumnado persigue modelos finales de cada actividad/tareas y dichos modelos finales tienen como destino una carpeta modelo que recoge las asignaturas y todo lo trabajado en ellas. Las tareas finales reflejan QUÉ he trabajado, CÓMO lo he trabajado, CON QUÉ materiales he hecho la actividad.
La evaluación cubre un doble propósito:
En las tareas se practica la evaluación formativa de manera sistemática: se
proporciona contínuamente retroalimentación sobre el proceso de aprendizaje al alumnado y pautas para la mejora desde la concepción de que el error es necesario para el aprendizaje.
Cada alumno tiene un plan personalizado de actividades; el alumnado sabe cómo y cuándo será calificado-evaluado, por eso en el plan se marcan las pruebas objetivas (exámenes) que representan un 25% de la nota total. No todos los alumnos realizan las mismas pruebas puesto que, como ya hemos dicho, el ritmo y temporalización del trabajo son diferentes.
Aspectos como la puntualidad y el comportamiento a la hora de realizar las tareas se evalúa con un 25% de la nota.
Además, al final de cada trimestre los alumnos participan de su propia evaluación y presentan en asamblea sus propuestas de mejora para cada área y/o profesor, diciendo los puntos fuertes y débiles ambos, haciendo reflexionar al equipo docente sobre sus fortalezas y debilidades y pudiendo reprogramar si es el caso.
“Lo que me motiva a la hora de trabajar es poder elegir el trabajo que quiera en el momento que prefiera “
Alumno de la Efa La Malvesía
Es necesaria una gran coordinación docente para llevar a cabo este modelo, así como tiempos para llevar la coordinación a efecto.
¿Te animas a replicar una experiencia similar en tu centro?
¡Cuéntanoslo!
labasica@empiezaporeducar.org