El alumnado que accede a FPB suele llegar con una autoestima muy baja, con escasa confianza en sus propias capacidades y una autopercepción negativa que condiciona su desarrollo personal y académico. Esta visión es compartida por parte del profesorado y del resto del alumnado del instituto, ya que las dinámicas que estos estudiantes han ido desarrollando a lo largo de los cursos refuerzan esa imagen de poca motivación y bajo rendimiento, lo que a su vez ahonda en la percepción negativa de sí mismos.
Ante esta realidad, surge la necesidad de generar experiencias que les permitan verse capaces de construir, crear y aportar valor. De esta manera, se pretende transformar progresivamente su autopercepción, aumentar su confianza y modificar la mirada que el resto de la comunidad educativa tiene sobre la FPB.
A la vista de los objetivos anteriores, se trabaja de manera continua e integrada proponiendo al alumnado situaciones reales de aprendizaje dentro del entorno escolar. Así, el alumnado aplica y consolida competencias profesionales en contextos significativos y, al mismo tiempo, generan un impacto positivo y tangible tanto en ellos/as como en el resto de la comunidad educativa. Este planteamiento, sostenido curso tras curso, se consolida en una metodología educativa para la FPB.
Para llevarlo a cabo se concretan tres líneas de actuación, las cuales son:
Esta metodología de trabajo comenzó a ponerse en práctica hace dos cursos (23/24 y 24/25). Durante este periodo se han realizado multitud de actividades que se comentan a continuación, además de las previstas para emprender en el nuevo curso escolar 25/26.
Acciones previstas curso 25/26:
Acciones previstas para el curso 25/26:
Acciones previstas curso 25/26:
En esta práctica, los protagonistas principales son los alumnos y alumnas de FPB, que participan activamente en todas las líneas de trabajo: mantenimiento, proyectos ABP y actividades colaborativas. Les acompañan el profesorado de FPB y de otras etapas, que orientan y coordinan las tareas, así como alumnos de la ESO, con quienes se integran en actividades compartidas.
En cuanto a las actividades individuales, se realiza una evaluación mediante rúbricas de observación directa diaria, en las que se combina de forma recurrente la autoevaluación y coevaluación. En dichas rúbricas, se evalúan tanto habilidades técnicas como la iniciativa y participación o el trabajo en equipo. Estos instrumentos no solo se utilizan a nivel académico, sino que se aprovechan para retroalimentar al alumnado, mostrando su evolución y señalandoles las áreas de mejora.
En cuanto al análisis de indicadores que reflejan el impacto global de la práctica en el centro.
Se identifica que los resultados académicos de las actividades de centro son superiores a las prácticas tradicionales de taller realizadas en el aula-taller de FPB.
El abandono y absentismo disminuyen de un curso a otro y el número de solicitudes de FPB por parte del alumnado crece.
Existe una reducción significativa de los problemas de convivencia, tanto en el aula de FPB como en el centro, comparando los informes del primer trimestre con los del segundo y tercero en los dos cursos en los que se ha implementado la práctica.
“Me ha encantado trabajar contigo en la FP . Me llevo la experiencia de haber aprendido a hacer reparaciones básicas y a preparar los cajones de cultivo para el huerto. Me ha gustado mucho trabajar y aprender y ver los resultados de nuestros trabajos realizados. “
Si esta metodología de trabajo y filosofía de afrontar la formación en FPB te resulta interesante y quieres profundizar más sobre algunas actividades y proyectos, puedes ver su desarrollo detallado en webs de programas educativos a los que están vinculadas.
Para cualquier cosa que necesites, aquí tienes un docente motivado e ilusionado por colaborar contigo desde la FPB
carlosmendoza@iesgevora.es
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