El CIFP Telde ofrece ciclos de Grado Básico de Electricidad y Electrónica y Mantenimiento de Vehículos, además de ciclos de Grado Medio y Superior en el barrio de Las Remudas, en Telde. Su equipo directivo, liderado por Rosa Delia González Alvarado propone desde el curso 22/23 trabajar en los Grados Básicos a través de proyectos de Aprendizaje Servicio que conectan al alumnado con el barrio y la sociedad. La docente Yaiza Serena Travieso coordina el cambio metodológico en los dos Grados Básicos, modelizándolo desde los proyectos intermodulares que coordina en Electricidad y Electrónica.
Desde el inicio de esta apuesta por el Aprendizaje Servicio, el centro ha trabajado en contacto con las asociaciones e instituciones que forman parte del Proceso Comunitario de Las Remudas, el cual desde hace 30 años coordina el trabajo en red de instituciones y asociaciones para atender las necesidades del barrio.

La directora, Rosa Delia explica por qué apostar por esta metodología: “Una de las señas de identidad del CIFP Telde es el compromiso con el entorno a través del Aprendizaje Servicio. Estos proyectos enriquecen al alumnado académicamente y les permiten crecer como personas, conectar con la realidad que les rodea y descubrir que su formación tiene un impacto directo en la vida de los demás. Trabajamos en esta línea, especialmente con el alumnado de Grado Básico porque hemos comprobado que cuando se sienten parte de algo significativo, su motivación, su autoestima y su implicación crecen de forma increíble. A menudo los jóvenes vienen a la Básica rebotados de la ESO y con un sentimiento de que no sirven. Para ello, hay que cambiar lo que se les ofrece desde la educación: hay que cambiar la mentalidad con la que salen de allí de que no sirven, porque no es así. Tenemos alumnos de Básica que están terminando su Grado Superior. A niños que no han encajado en un sistema habitual no podemos tenerlos sentados seis horas diarias de nuevo. Trabajando por proyectos, mejora la convivencia, su aprendizaje y motivación. Además, el Aprendizaje Servicio les conecta con una sociedad en la que aún no han encontrado su sitio. “
Para introducir este cambio metodológico ha sido necesario pilotar proyectos de éxito y comprobar sus beneficios en la convivencia, la motivación y el aprendizaje. Gracias a ello, el profesorado de la etapa se ha ido estabilizando con profesorado que pide estar en Básica y colabora de manera intermodular. Rosa Delia explica: “Cuando el alumnado llega, viene desahuciado de la ESO y con una orientación deficiente. Aquí se le transmite que está empezando una carrera a cuatro años, y quienes primero debemos creerlo somos los docentes. Estamos observando un impacto positivo de este cambio metodológico y de la colaboración docente. La convivencia ha mejorado de manera significativa; ahora podemos decir que los Grados Básicos tienen menos problemas de convivencia que los Grados Medios.”
“La educación cobra sentido cuando se pone al servicio de la comunidad. “
Directora
Visitamos el centro con ocasión de la clausura del proyecto Game Panel, gimnasia cerebral contra el olvido, en el que el alumnado de Electricidad y Electrónica trabajó de manera intermodular en torno a la temática del deterioro cognitivo y el Alzheimer.
El proyecto, financiado por la convocatoria de proyectos de innovación de la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deporte del Gobierno de Canarias se desarrolló en conjunto con la asociación Yrichen, que coordina el Proceso Comunitario Las Remudas-La Pardilla en los barrios, además de contar con la participación especial de la Asociación Alzheimer Canarias, quienes resultaron esenciales para la motivación del alumnado y la cohesión docente durante el curso 24-25.
El producto final fue la creación de una mesa multisensorial de estimulación que sería donada al Proceso Comunitario para ser empleada como herramienta para actividades de envejecimiento activo. No obstante, durante el curso muchas otras experiencias y aprendizajes enriquecieron el proyecto.
“Para iniciar el proyecto, lo primero fue comprender en profundidad qué es el Alzheimer, cómo afecta a las personas que lo padecen y qué necesitan para ser acompañadas con dignidad- explica Yaret, alumno participante- Para ello contamos con Francisco, el psicólogo de la asociación Alzheimer Canarias”.
“Gracias a su apoyo adquirimos los conocimientos necesarios para diseñar nuestras mesas multisensoriales y tuvimos la oportunidad de pasar una jornada en su sede, compartiendo dinámicas que habíamos preparado, junto a usuarios de la asociación que presentaban deterioro cognitivo leve y moderado. Fue una experiencia única” -continúa Ancor.

Además, el alumnado tuvo la oportunidad de organizar jornadas intergeneracionales junto a mujeres del barrio que presentaban signos de deterioro cognitivo o que se encontraban en situaciones de aislamiento y soledad. Para ellas diseñaron y dinamizaron una sesión de juegos adaptados, creados previamente en el módulo de Actividades Físicas, con el objetivo de estimular la memoria, favorecer la socialización y promover el bienestar emocional.
Durante los encuentros el alumnado también realizó entrevistas personales a las participantes, en las que pudieron conocer sus historias de vida, experiencias y recuerdos, fortaleciendo así la empatía, la escucha activa y el aprendizaje significativo desde una perspectiva humana y profesional.
Una vez adquirido el conocimiento sobre el deterioro cognitivo y sus implicaciones en la vida cotidiana, el alumnado comenzó a investigar posibles actividades de estimulación que pudieran diseñarse desde su propia especialidad de Electricidad y Electrónica.
De ese proceso de investigación y creatividad surgió la idea de crear la mesa multisensorial de estimulación cognitiva, integrando componentes eléctricos, electrónicos y sensoriales que favorecen la atención, la memoria y la motricidad fina.
El proyecto, desarrollado junto a sus docentes Yaiza y Carmelo, se convirtió en una experiencia educativa interdisciplinar que une la tecnología con el cuidado y la empatía hacia las personas mayores.
Trabajar con contextos y retos reales ayuda al alumnado a recuperar la confianza en sí mismos y sentirse útiles, en este caso con su entorno más cercano.
“Hemos trabajado competencias técnicas pero también valores, empatizar y escucha activa. Y con todo esto también se ha fortalecido la autoestima del alumnado. Se han sentido útiles, valiosos y parte de algo que importa. “ explica Yaiza, la coordinadora del proyecto.
Los comentarios del alumnado demuestran cómo este contexto de aprendizaje permite desarrollar competencias como la autonomía, autoorganización y proactividad:
“En Game panel hemos aprendido a enfrentar problemas sin pedir ayuda, por nosotros mismos, y a organizarnos las tareas. Con el proyecto hemos aprendido que en el trabajo no tienes unas horas, tienes una tarea que terminar. Además de lo que aprendimos con las visitas… Yo nunca esperé conocer a gente así, estamos conociendo fleje de cosas que no conocíamos personalmente. «-comenta Eidan, alumno participante.
Su profesora Yaiza enfatizó en el acto de clausura: «El producto final del proyecto es la mesa de estimulación, pero lo que celebramos hoy es el proceso de aprendizaje; gracias al proyecto los chicos han hecho una gran transformación desde inicio de curso. A inicio de curso tomaban siempre asiento de la mitad de la sala para atrás, pues este era el sitio que siempre habían tomado en secundaria y el lugar que creían que les correspondía. Poco a poco, ellos han elegido ir sentándose en las primeras filas, tomando la iniciativa… Y eso es lo que más celebramos hoy” .
Aunque lo importante son los procesos de aprendizaje, los proyectos finales permiten materializar aquello de lo que el alumnado es capaz. Eidan explica orgulloso:“Game panel empezó con la broma de “de un interruptor y ha sido un proyecto enorme. Lo que estamos haciendo ahora con el proyecto no se da en GM y GS estamos haciendo cosas de un grado entero de Electricidad y Electrónica.”

El Viceconsejero de Formación Profesional Francisco Rodríguez Machado, presente en la jornada de clausura, apuntó: «proyectos como este hacen realidad uno de los objetivos que perseguimos, que es derribar los muros que separan las aulas de la vida, además de aplicar los conocimientos de su familia profesional a su comunidad.»
El proyecto parece haber impactado positivamente en la continuidad del alumnado: el 75% del alumnado participante promocionó de curso, mejorando significativamente respecto de los grupos en los que aún no se trabaja de este modo.
““A inicio de curso tomaban siempre asiento de la mitad de la sala para atrás, pues este era el sitio que siempre habían tomado en secundaria y el lugar que creían que les correspondía. Poco a poco, ellos han elegido ir sentándose en las primeras filas, tomando la iniciativa…” “
En su apuesta por el Aprendizaje Servicio, el CIFP Telde ha encontrado una alianza clave en el Proceso Comunitario. Resultado de un movimiento vecinal que aspiraba a cambiar la realidad e imagen de un barrio tradicionalmente deprimido, coordina a asociaciones vecinales, farmacia, centros educativos y de salud, y generan diagnósticos de necesidades y alianzas.
“Con proyectos como este logramos atender necesidades que detectamos en el barrio desde el proceso comunitario, como son el escaso contacto intergeneracional”- explica Grimanesa, coordinadora del proceso.
En el curso 23/24 La Básica de Electricidad aportó, para visibilizar el papel protagonista de la mujer en el barrio, el proyecto Mujer sin Más. Tras un proceso de empatía e investigación que les llevó a conocer vidas de mujeres del barrio, elaboraron un panel itinerante con base eléctrica que pone cara e historia a las vecinas y que desde entonces viaja por distintas ubicaciones del barrio. “En los proyectos nos interesa mucho que el alumnado vaya al barrio y que el barrio venga al centro; esos encuentros siempre son enriquecedores”- comenta Yaiza. En este proyecto entrevistaron a la farmacéutica que hace una enorme labor de cuidado y asistencia a personas incapacitadas que no pueden recoger sus medicamentos; o a la mujer del 24 horas que salvó a muchas personas del hambre en las épocas difíciles.”

Los proyectos ofrecen también una valiosa oportunidad para reconstruir el vínculo con las familias, muchas veces desmotivadas o desencantadas tras las dificultades académicas vividas por sus hijos e hijas.
Como explica Rosa Delia: “queremos que las familias vuelvan a sentirse parte del proceso educativo. Que entren al centro, conozcan los talleres, vean el entorno en el que aprenden y, sobre todo, los vean capaces. No podemos llamar solo cuando hay un problema o falta la ropa de trabajo”.
Desde la tutoría, Yaiza Travieso trabaja activamente este acercamiento:
“Las familias también necesitan un refuerzo constante. Es fundamental comunicarse con ellas desde el principio. Yo les envío correos con microvídeos cada vez que hacemos algo destacable; eso mantiene el vínculo y hace que se sientan parte. Esa comunicación abre puertas: cuando confían en ti, se dejan acompañar y se pueden dar pautas para situaciones de sobreprotección o desmotivación. Además, los proyectos se diseñan para que participen activamente, de manera que puedan ver los progresos de sus hijos y compartir tiempo con ellos.”
Un ejemplo de ello fue el proyecto Game Panel, en el que se organizó una jornada de talleres familiares. En ella, cada alumno tutorizó a un familiar mientras realizaban prácticas básicas de electricidad ya dominadas por el alumnado.
La experiencia resultó profundamente emotiva: varios familiares comentaron que era la primera vez que hacían una actividad conjunta, lo que generó orgullo, reconocimiento y una nueva forma de conexión entre ellos.
““Mi madre desde que entré el año pasado aquí ha visto un cambio radical en mí; en estudios, comportamiento. Me gusta llegar a casa y contarles lo que hemos hecho.“ “
La innovación metodológica que se está desarrollando en los grados básicos del CIFP Telde tiene su origen en el proyecto Bitácora: Acercándonos a los/as profesionales del futuro, una iniciativa que surge por necesidades docentes y que engloba tres ejes fundamentales: la formación y acompañamiento del profesorado, la transformación metodológica y el fortalecimiento de las habilidades sociales y emocionales del alumnado.
La docente Yaiza Travieso coordina el proyecto Bitácora por necesidades docentes, además de liderar la formación del profesorado en metodologías activas, especialmente en Aprendizaje Basado en Retos (ABR) y Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
Tras el éxito del proyecto Game Panel, el equipo docente se ha propuesto extender esta metodología al ámbito de Automoción y Mantenimiento de Vehículos, generando espacios de aprendizaje más prácticos, colaborativos y motivadores.
“Lo que más nos funciona es formarnos a través de tareas prácticas y role plays. Vamos planteando retos y, desde este curso, estamos trabajando ya en diseñar retos intermodulares para el próximo año”, explica Yaiza.
Una de las claves del proyecto es la reunión semanal del profesorado de FP Básica, concebida como un espacio de reflexión compartida, coordinación y cohesión del equipo.
“Nuestro objetivo es ayudar a modular el carácter de estos jóvenes y proyectarles la imagen de lo que pueden llegar a ser, ofreciéndoles oportunidades tempranas de éxito”, comenta uno de los docentes participantes. “En nuestras reuniones compartimos experiencias, analizamos lo que nos funciona y repensamos lo que podemos mejorar. Es un aprendizaje continuo.”
Esta implicación del profesorado no pasa desapercibida para el alumnado. Daniel y Eidan, dos estudiantes del grupo, lo expresan con entusiasmo:“Los profes son espectaculares. Entienden la diferencia entre la ESO y la FP. No te sueltan un temario y te dejan solo; tienen paciencia, te explican hasta que lo entiendes. A Carmelo, si le puedo dar un 10, le pongo un 11. Y lo bueno de Yaiza es que es tan perfeccionista que el día que estemos en un trabajo, sabremos lo que nos van a pedir. Ella te ayuda en todo, pero también te enseña que si te equivocas, hay que asumirlo. Aquí les importas a los profes, incluso cuando la cagas.”
El proyecto Bitácora demuestra que cuando el profesorado trabaja unido, con una visión compartida y metodologías activas centradas en la persona, la Formación Profesional Básica se convierte en un verdadero motor de transformación personal, educativa y social.
El proyecto por necesidades docentes permitió identificar una prioridad clave: acompañar al alumnado en su salud mental y emocional.
De esta necesidad nació la colaboración con la Asociación Felices con Narices, a través del proyecto “Rompiendo el Silencio”, centrado en el desarrollo emocional, la gestión de conflictos y la expresión personal.
“A través de distintas dinámicas aprendimos a identificar nuestras emociones y a expresarlas con libertad y respeto”, comenta Yaret, alumna participante.
La intervención tuvo un gran impacto en la comunidad educativa, ya que se adaptó a sus necesidades reales.
Durante el curso se impartieron sesiones grupales de gestión emocional y, además, se ofreció atención psicológica individualizada al alumnado, que continuó incluso tras finalizar el programa, garantizando un acompañamiento sostenido.
Tras la experiencia con el alumnado, la asociación amplió su apoyo ofreciendo también sesiones específicas para el profesorado, centradas en la gestión emocional y el autocuidado docente.
“Este es el tipo de recursos que realmente necesitamos”, señala Janna, docente participante. “El alumnado llega con problemas personales y sociales que nadie ha abordado antes, y que requieren atención. Pero también para nosotros es difícil; luchamos día a día por estudiantes que, a veces, dejan de venir por circunstancias externas que no pueden controlar. Ellos necesitan recursos, y nosotros también.”
Esta colaboración puso de manifiesto la importancia de cuidar la salud emocional de toda la comunidad educativa, entendiendo que educar también es acompañar —y que solo desde el bienestar compartido es posible construir entornos de aprendizaje seguros, humanos y transformadores.
Aprovechamos la visita para entrevistarnos con Yolanda e Ismael, los Orientadores del centro. Nos comentan las necesidades que observan en La Básica desde su rol. «En primer lugar, la orientación con la que llega el alumnado es escasa. En muchos casos no han sido orientados hacia Básica teniendo en cuenta sus intereses y aptitudes, sino que han sido expulsados de la ESO. Son muy jóvenes aún para tomar decisiones en cuanto a su futuro y encontramos que se les acompaña poco en la decisión. A menudo se les matricula en el centro más cercano, sin atender a sus intereses y se les recomiendan opciones que responden más a sesgos de género que a sus aptitudes.”
Reflexionamos con Yolanda acerca del desconocimiento que existe de los Grados Básicos: «Para los otros si hay charlas; se da a conocer el Bachillerato, la Universidad, los otros grados de FP, pero la Básica no tiene puertas abiertas y es desconocida incluso para parte de la comunidad educativa.»
En cuanto al equipo docente, desde Orientación lo apoyan en comprender quién es su alumnado y cuál es su perfil; «Por suerte el profesorado de este instituto está muy sensibilizado por el perfil, pero en general el profesorado de Básica no está especializado, por lo que necesita apoyo en inclusión y en metodologías. Además, encontramos a mucho alumnado con necesidades educativas que nunca han sido atendidas o diagnosticadas”.
El CIFP Telde formula una apuesta de calidad para el alumnado de Básica asentado en el Aprendizaje Servicio y la Cohesión docente. Sus proyectos conectan con el entorno ampliando el conocimiento que los jóvenes poseen de la sociedad y dándoles oportunidades de tener un impacto positivo gracias a sus conocimientos profesionales.
En su apuesta por las alianzas comunitarias, los jóvenes de la Básica se suman a la vida comunitaria y la enriquecen con sus conocimientos profesionales.
Modelos como este en el que el alumnado construye una identidad profesional al tiempo que teje vínculos con el entorno potencian la continuidad y desarrollo de los jóvenes que llegan a Básica. Gracias a un equipo directivo que apoya a la Básica como una etapa que puede ser modelo en el centro y liderazgos que pilotan experiencias de éxito, los Grados Básicos del CIFP Telde aportan un ejemplo inspirador para otros profesionales.
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