Ambos centros se encuentran ubicados en barrios desfavorecidos. En la CFGB, la implantación de los GarageLabs, aulas maker financiadas por Fundación Orange, ofreció la oportunidad de establecer vínculos con otros centros, reducir el absentismo, mejorar las calificaciones, incrementar el número de alumnos que continúan estudios superiores, trabajar con metodologías activas, generar aprendizajes significativos y desarrollar las soft skills.
Tras observar el crecimiento del discurso de odio hacia la población inmigrante entre los jóvenes, especialmente en los barrios más vulnerables, el equipo docente reflexionó sobre cómo podría transformarse esta percepción si se compartía el espacio del aula. De esta reflexión surgió el proyecto SOMOS ÁFRICA.
SOMOS ÁFRICA tiene como finalidad ampliar la experiencia de los GarageLabs de los centros a jóvenes inmigrantes y de Escuelas de Segunda Oportunidad (E2O), con el objetivo de facilitar su integración social y laboral, ofrecer una formación técnica en fabricación digital que les proporcione las habilidades demandadas en el mercado laboral, desarrollar un proyecto de Aprendizaje y Servicio (ApS) que permita conocer la cultura y la realidad de sus países más allá de los estereotipos y prejuicios, y diseñar kits educativos destinados a escuelas con menos recursos en África.
El proyecto se articuló en torno a una formación conjunta en tecnologías de fabricación digital, en la que participaron jóvenes de CFGB, personas inmigrantes procedentes de diversas entidades sociales y profesionales del ámbito educativo y técnico.
Durante la formación, el alumnado se familiarizó con el uso de impresoras 3D, cortadoras láser y herramientas de diseño digital, competencias altamente demandadas en el ámbito laboral actual. El proyecto se desarrolló de forma paralela entre los dos centros escolares de Tenerife y Granada, con reuniones periódicas entre ambos equipos y sus estudiantes, e incluyendo un encuentro presencial de profesorado y alumnado en Madrid.
Los técnicos de las entidades colaboradoras propusieron un reto real de aprendizaje-servicio: diseñar y fabricar kits educativos y otros recursos escolares destinados a centros con menos recursos en África, en colaboración con la ONG Diapó. Esta iniciativa permitió que el alumnado investigara sobre los países destinatarios del material, así como sobre los orígenes y culturas de sus compañeros inmigrantes, fomentando una mirada respetuosa, empática y global.
La primera fase incluyó el diseño y la planificación de los objetivos, actividades y recursos necesarios, así como reuniones con las entidades colaboradoras y los diferentes actores implicados para definir roles y responsabilidades. Se elaboraron además guías básicas adaptadas al perfil del alumnado, destinadas a facilitar el inicio de la formación en fabricación digital.
Los dos centros iniciaron el proyecto estableciendo contacto con diversas entidades que pasaron a formar parte de la iniciativa: Fundación Don Bosco de Tenerife y Granada, Diapó África de Granada y el CEO Manuel de Falla de Tenerife.


Se ha evaluado la satisfacción con las actividades, la adquisición de contenidos, el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la viabilidad de los prototipos.
Resultados
“Somos África” se consolidó como una experiencia de inclusión social y laboral, al tiempo que fortaleció competencias transversales como el trabajo en equipo, la comunicación intercultural, la empatía y la creatividad. El proyecto también impulsó la cooperación entre entidades educativas y sociales, facilitando la transferencia de conocimientos entre los diferentes perfiles de participantes y favoreciendo la educación en valores.
Uno de los grandes logros del proyecto fue su enfoque sostenible y replicable. Los GarageLab continúan activos como espacios de formación técnica, innovación y producción de materiales educativos, beneficiando no solo a futuros participantes inmigrantes, sino también a otras comunidades en situación de vulnerabilidad.
“Somos África demuestra que la educación técnica puede ser una herramienta poderosa para la transformación social, capaz de tender puentes entre culturas, generar oportunidades y fomentar una ciudadanía más justa, solidaria y comprometida.“
El reto más grande que teníamos en los dos centros era abrir las puertas de nuestros centros escolares de par en par. Queríamos que personas, en este caso inmigrantes, vinieran a nuestras aulas en horario escolar y se mezclaran con nuestro alumnado. Esto implicaba enfrentarnos a todo lo que ello conllevaba dado el punto de partida: existía intolerancia y discriminación hacia este colectivo y era fundamental que todo funcionara correctamente.
Teníamos claro desde un primer momento que los profesores no podíamos ser los protagonistas de este proyecto y debíamos dar un paso a un lado para actuar como meros espectadores. Realizamos unas dinámicas de presentación y mezclamos a los alumnos junto a los inmigrantes para que ellos solos comenzaran a hablar y el resultado fue maravilloso: las clases empezaron a funcionar solas, los alumnos y los inmigrantes hablaban de sus países, costumbres, se interesaban los unos por los otros, se ayudaban… La experiencia de actuar como espectadores y dejar que ellos manejen las clases fue un éxito total.
En este proyecto hemos aprendido la dificultad que tenemos con los tiempos y romper con esas estructuras horarias que vienen fijadas. Lo que realmente ocurre cuando se presenta un proyecto motivador a los alumnos es que pueden estar trabajando 5 horas seguidas sin parar y sin quejarse aprendiendo de otra forma, aprendiendo valores, investigando, interesándose por las cosas, hablamos de matemáticas, historia, tecnología, lengua, idiomas…
El problema no es tanto lo que enseñamos, sino cómo lo planteamos a nuestros alumnos. En muchos casos con ese ritmo fijo marcado por un reloj que te va indicando qué tienes que hacer en cada momento. Implicar a diferentes compañeros a lo largo de todo el proceso nos ha ayudado a romper las estructuras horarias.
A raíz del proyecto hemos contactado con otras entidades para participar en diversas acciones y mejorar la recogida de datos sobre la incidencia del proyecto en la lucha contra los estereotipos y visiones.
“Ha sido una experiencia inolvidable para mí. Ha sido increíble cómo varios institutos hemos formado un equipo para crear este proyecto, llevarlo adelante... El viaje a Madrid fue increíble, el museo, el estadio, el viaje con los compañeros... Ha sido una experiencia brutal, cómo hemos jugado con los chiquillos, cómo lo hemos llevado todo adelante y ha sido increíble.“
Alumno participante
Fundación Don Bosco
Diapó con África
Fundación Orange
Maderas Medina y Navarro
Mariluz Calvo Valero Salesianos La cuesta
mariluz@salesianos-lacuesta.net
Alejandro Guerrero Arcos
alejandro.guerrero@amordediosgranada.com
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